Jordi Solans, uno de nuestros guías más aguerridos y experimentados, estuvo por nuestras oficinas esta semana para transmitirnos con su mirada la pasión y amor por la aventura y libertad que infunde viajar por África de su mano y de la de Kananga.

Jordi durante el invierno lleva su propio negocio en Andorra y es en la época estival cuando cambia radicalmente su rutina por las infinitas sabanas y la fauna salvaje de África Oriental.

Pregunta: Jordi, llevas viajando por África desde hace 12 años, ¿te consideras un aventurero?

Respuesta: Me considero un viajero al que le gusta rastrear el planeta. Los aventureros, exploradores son personajes de siglos pasados, cuando el mundo estaba lleno de misterios y aún por descubrir.

P: ¿Qué es lo que más echas de menos en África cuando estas en Andorra?

R: Sobretodo sus gentes, su alegría, inocencia y optimismo y la luminosidad tan especial que tenemos en África. Esos paisajes bañados en luz naranja, son muy distintos al paisaje que tenemos en Andorra, que dicho sea de paso es también bellísimo.

P: Eres el guía principal de la Ruta Kananga del Lago Victoria. Si tuvieras que elegir entre Kenia, Tanzania o Uganda, ¿con cual te quedarías y por qué?

Montañas Rwenzori en Uganda

R: Me quedaría con Uganda, «La Perla de África» como la denominó Winston Churchill, por su verdor intenso y por su paisaje bestial. Punto de encuentro entre la sabana y el bosque, con lagos, montañas de 5000 metros de altitud, las legendarias Montañas de la Luna, las Rwenzori que en ugandes significa «el lugar donde se hace la lluvia»… y también por sus gentes, los ugandeses son muy alegres, humildes y más inocentes que en otros países de África oriental. Es un país en el que geográficamente tienes casi de todo. Falta el mar, pero tienes el Lago Victoria, el Lago Alberto, el Lago Kyoga y el Lago Eduardo…

P: ¿El mejor recuerdo de esta temporada?

R: De los tres viajes de este año, el mejor recuerdo es el cruce de ñus y cebras que vimos en el Río Mara en el mes de Agosto, fue el National Geographic en directo. Anteriormente había visto cruzar pequeñas manadas, pero en esta ocasión eran miles… Los animales luchando por la vida y pasar a la otra orilla, con los cocodrilos atacando y completando el ciclo de la vida.

Cruzando el Mara

Las migraciones

P: ¿Y la peor experiencia de este año?

R: Este año hemos tenido mucha suerte, no nos hemos quedado encallados en el black cotton en ningún momento. Hubo un día sin embargo que pinchamos en dos ocasiones, pero en general no hemos tenido problemas importantes.

P: ¿Cuál es ese lugar que nunca te cansas de regresar?

R: Destacaría la acampada en el Bush Camp de Murchinson, con el Lago Alberto delante y las Blue Mountains del Congo por detrás. Cada año es llegar alli y toda la zona llena de elefantes, un sitio espectacular, grandioso, dramático, sensacional…

P: ¿Qué aporta África al viajero?

R: Le da la oportunidad de conocer otro continente y de ver cómo habita la gente en otro mundo. No sólo la fauna, sino conocer otro estilo de vida, muy distinto al nuestro pero en el que se existe de una forma más aprovechada.

P: Siempre preguntamos a nuestros guías que nos den un olor, un color y un sabor de África. ¿Cuáles son los tuyos?

R: El olor de las especias de los platos de Zanzibar y del Te, el verde tropical de los bosques de Uganda y el sabor dulce de la piña también de Uganda. La comparo con la de Kenia y Tanzania que son también muy buenas pero no saben igual.

P: Finalmente, de las actividades que nuestros viajeros realizan en la Ruta Kananga Lago Victoria ¿Cuáles son las que más disfrutan?

R: Sin duda las visitas a los Hazabe y a los Datoga en Tanzania, son tribus de las que quedan muy pocos y tienden a desaparecer en los próximos años.  Entramos en contacto con seres humanos de costumbres ancestrales y que aún viven de manera muy salvaje.

Jordi con los Hadzabe

Los Hazabe son recolectores de frutos y cazadores nómadas que se mueven en función de lo que capturan, no tienen un lugar fijo donde habiten y muy pocas posesiones. Si matan un kudú de 180kg desplazan el campamento hasta donde se encuentra el animal.

Los Datoga son buenísimos trabajando la forja con martillo y yunke, y ver como fabrican utensilios de esta manera es como hacer un viaje en una máquina del tiempo.

Otra de las actividades que destacaría es nadar con los delfines en Kizimkazi, verlos desde tan cerca en su hábitat es una pasada.

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