Hay hazañas que merecen ser contadas, y si además tienen a una guía Kananga como protagonista, ¡aún nos gusta más! Hoy le dedicamos nuestra más sincera enhorabuena a Emilie Poudroux, guía Kananga de rutas como Gorila Trek o Expedición Mascareñas, que en unos 9 meses aproximadamente ha recorrido el continente africano en bicicleta, de Norte a Sur, ¡14.358km nada más y nada menos!
Una aventura envidiable pero apta para tod@ viajer@ intrépid@. Sí, has leído bien, eso también te incluye si eres mujer y quieres viajar sola. Aunque «Are you not scared» y «where is your husband » fueron las preguntas que más le hicieron,
Emilie insiste: “¡África es segura! Además, hacerlo en bici es más fácil de lo que parece”. Eso sí, reconoce que hay que tener una gran fuerza de voluntad, más mental que física. Su travesía empezó en El Cairo, en enero 2017, y siguió dirección a Sudán, una de las mejores experiencias, asegura. “La gente local muy hospitalaria, ¡una pasada encontrarse pirámides en medio de la nada!
Me apena que la mayoría de la gente lo asocie con guerra y terrorismo… En serio, ¡me sentí súper segura!”
Tras la buena impresión de Sudán, Emilie continuó por Etiopía, donde le impactó la diferencia cultural de los locales; continuó por Kenya y Tanzania hasta llegar a Malawi, otro gran descubrimiento por sus espectaculares paisajes del lago que recuerda con cariño. Desde luego, “una joya muy poco explotada ¡y gente súper amable!”
Tras dejar Malawi, Emilie siguió pedaleando para cruzar Zambia, Botswana y Namibia, hasta llegar a Sudáfrica. En Namibia, reconoce que al no elegir las carreteras asfaltadas fue un poco duro físicamente, “Pero los paisajes, el desierto y la soledad ¡hicieron del país uno de mis preferidos!” Además es un país seguro donde puedes acampar en la naturaleza sin problemas.
Emilie nos cuenta que se ajustó a un presupuesto de 10€ diarios y cargó con su tienda de campaña con el objetivo de ahorrar al máximo, pero también aprovechó la hospitalidad de los locales cuando se le presentaba la ocasión y dormir en sus casas.
Llegó a dormir en lugares tan pintorescos como escuelas, en cuarteles de policía, gasolineras y restaurantes.
En algunas ocasiones, también, y siempre analizando bien el terreno y el ambiente, también durmió en medio de poblados y en plena naturaleza.
“Tampoco tuve muchas malas experiencias, me tomé las cosas con optimismo y paciencia, ¡al final todos los problemas tienen solución!“