Para gustos, colores. En la variedad está la felicidad. ¡Qué aburrido sería todo si todo fuera igual! Por suerte para nosotros, la naturaleza experimenta con la vida, los colores y las formas ofreciéndonos un amplio abanico natural incluso entre ejemplares de una misma especie.
En África hemos sabido en diversas ocasiones de la existencia de leones o jirafas blancas, de cebras o leopardos negros. No es muy común y sigue sorprendiéndonos cuando lo vemos, pero lo cierto es que estos ejemplares no se diferencian del resto del grupo, más que por lo que científicamente se conoce como mutación genética. Y las hay de varios tipos:
Melanismo (negro)
El exceso de pigmentación oscura que presentan algunos animales. Ocurre en diversas especies, desde reptiles, anfibios y mamíferos. Por ejemplo, la pantera no es más que una variación negra de grandes felinos como el leopardo o el jaguar.
Cuando la pigmentación no es completa, sino manchas oscuras que cubren una gran parte del cuerpo del animal, se conoce como abundismo o pseudo-melanismo.
Esto es lo que caracteriza por ejemplo al Guepardo Real (King Cheetah) de África Austral, erróneamente considerado durante años como una especie distinta al guepardo común.
Leucismo (blanco)
La pérdida parcial o total de pigmentación da como resultado manchas de color blanco en la piel o las plumas. A diferencia de los albinos, los animales leucísticos sí producen melanina, el tema es que esta no se deposita en la piel o plumaje. Sí en cambio la podemos encontrar en ojos, extremidades como patas o picos.
Albinismo (blanco)
El albinismo es causado por una mutación genética que causa la ausencia de tirosina en las células pigmentarias, una enzima necesaria para producir melanina, el pigmento responsable de los negros, grises, marrones, ocres y amarillos de las pieles y plumajes de los animales. También lo vemos en el color de los ojos, y es la clave para diferenciarlo del leucismo: los albinos los tienen rojos o rosados, porque al no estar cubiertos por la melanina más oscura, podemos percibir los vasos sanguíneos. El albinismo ocurre en muchas especies, incluidos los humanos.
Estas particularidades genéticas son hereditarias pero curiosamente pueden saltarse varias generaciones hasta presentarse de nuevo. En el caso de los albinos, el factor es aún más insólito y es que precisa que los dos padres contengan el gen para transferirlo a su descendencia.
¡Particularidades genéticas que existen desde siempre en el reino animal regalándonos especímenes hermosos y únicos!