Os presentamos la desconocida «Ruta del Vudú», uno de nuestros secretos mejor guardados. Esta ruta se realiza a través de Togo y Benin dónde desde Lomé, la capital de Togo, nos perderemos por una de las zonas más desconocidas de África. Descubriremos los lugares donde nació el vudú y que, aún hoy en nuestros días conviven con fetiches, amuletos y creencias de magia. Llegaremos a la cima del Mont d’Agou en los Montes Fetiche y descubriremos la hermosa Kpalimé. Entre una impresionante vegetación, alcanzaremos el pueblo de Badou y andaremos hasta la cascada D’Aklowa. Atravesando el País Kotocoli alcanzaremos la bulliciosa Kara. Las poblaciones Tamberma y Tata Somba, enclavadas en una meseta repleta de casas castillo y los poblados itinerantes de los Taneka Koko, serán el punto de entrada a Benin; país de mitos y leyendas. Partiendo de Dassa, alcanzaremos Abomey, para al atardecer, recorrer el mercado nocturno de la que en su día fue capital del poderoso imperio de Dahomey. Siguiendo la costa del Golfo de Guinea nuestros pasos nos guiarán hasta las playas doradas de Grand Popo. Alcanzaremos Ouidah, Cuna del Vudú y navegaremos por la ciudad lacustre más impresionante del continente africano, Ganvié. Después de visitar Porto-Novo, terminaremos nuestra ruta por una de las pocas regiones de África que hasta hoy, ha mantenido intactas sus tradiciones, culturas y religión.
Y para mostraros algunos de los encantos de este viaje, os dejamos el testimonio directo Laura San Segundo, una de nuestras viajeras que realizó esta ruta a finales de Noviembre:
…“Sabíamos que Togo y Benín no nos iban a impresionar sobremanera habida cuenta que tenemos un variado bagaje por el continente africano. No importaba porque lo que queríamos era volver a » casa » una vez más, reencontrarnos con sus olores, con sus colores y sus gentes además necesitábamos un viaje tranquilo para recuperar algo de paz que por muy diversos motivos estábamos perdiendo en nuestras vidas cotidianas.
Las expectativas se han cumplido con creces, hemos encontrado todo lo que ansiábamos de nuestra amada África y bastante más que no sospechábamos.
Buscábamos a Jack, ja,ja, como en el anuncio, y encontramos a Koffi. Nos explicó que el que creíamos que iba a ser nuestro guía, hace trabajo de oficina y era él el que iba a hacer el de campo. Recordaré a este chico como uno de los mejores, sino el mejor guía que hemos tenido en nuestros periplos viajeros. Educado, sensible ante la naturaleza, muy humano, cordial, inteligente, con ganas de enseñar y de aprender. En todo momento estuvo pendiente de nosotros, de lo que podía o no gustarnos, de que viéramos algo más de lo previsto, de la comida de la vegetariana, de la cerveza de Eduardo, de que no sufríeramos los inconvenientes de la desidia africana, que nosotros entendemos pero que en ciertos momentos exaspera. Nos mostró de camino a uno de nuestros destinos, una ceremonia cristiana, que a mí particularmente me dejó anonadada y emocionada, nos contó los entresijos de su religión natal, del animismo y del vudú, tan presente en sus vidas y en la suya en particular, hemos charlado largamente los tres, sobre el destino, sobre nuestros puntos de vista a cerca de la vida y de sus entresijos, y coincidimos con gran sorpresa por parte de Koffi que estaba ansioso por verlo, con la ceremonia del Aviatei, que se celebra cada seis años y a la que asistió el presidente de Togo. Fue un momento verdaderamente inolvidable, donde se mezcló la emoción, la ansiedad, la curiosidad e incluso cierto miedo, entre el polvo, el calor, el ritmo de los tambores, el sudor en los rostros y cuerpos de esas pieles tan oscuras, de los brujos de las aldeas sumidos en el trance de sus pócimas. Sin duda impresionante, una mañana para no olvidar. Las » tatas castillo » preciosas, Ganvié sorprendente, el paisaje, los pescadores recogiendo las redes, los atardeceres, la tormenta eléctrica sobre el Atlántico, todo poesía y los niños, como siempre lo más dulce que nadie pueda encontrarse.
Hemos comido muy bien y dormir, bueno unos días mejor que otros pero reconocemos que los alojamientos, muy básicos siempre prevalece la limpieza. A dormir en una tata en una aldea, le doy un diez como experiencia, y el hacerlo en la ciudad lacustre otra, aunque no tan placentera.
No quiero olvidarme de Omar, el conductor que tiene otro diez, por prudente, por paciente.»
……
Si quieres vivir experiencias como las que relata Laura, puedes hacerlo durante todo el año! La ruta del Vudú tiene salidas a medida a partir de dos personas, por lo que puedes realizar el viaje en cualquier época. No dudes en ponerte en contacto con nosotros si necesitas más información.