Por Carmen Peris, Product Manager del Central Africa Department
…Miquel Ribas, nuestro Director de Operaciones, y Josep Balsells, nuestro guía en Madagascar, afincado allí desde hace años, fueron mis compañeros de viaje en la llamada Isla Roja.
Este fue un viaje de descubrimiento de los lugares más remotos y vírgenes de Madagascar. En esta ocasión la experiencia ha sido inesperada y sorprendente,…
Esta (para mí) segunda visita a Madagascar me ha reafirmado en el convencimiento de que Madagascar es sin duda, uno de los destinos menos turísticos y también menos conocidos de los que ofrecemos en nuestro Pasaporte a la Aventura.
Durante dos semanas recorrimos esta maravillosa y extraña isla y sus parques nacionales y reservas donde disfrutamos observando lémures de cola anillada, el Indri Indri – el lémur de mayor tamaño- y el inefable y rarísimo Aye Aye (Daubentonia madagascarensis) -la “joya de la corona”- entre otros.
En un terreno lleno de agujeros, donde los habitantes locales excavan de sol a sol buscando las brillantes pepitas doradas, avanzamos atravesando la oscuridad, en busca de este prodigioso animal.
Las supersticiones de los que habitan la isla le sitúan entre el fantasma y el espíritu, adjudicándole el poder de anunciar la muerte. Es por ello que, habitualmente, intentan matarlo y si ello no es posible, queman el poblado y se marchan para establecerse en otro lugar donde la sombra de este lémur nocturno, no les atemorice.
El espectacular paisaje del parque nacional de Andringitra nos recibe a la puesta de sol con la enorme masa de granito que sirve de marco a nuestras pequeñas cabañas al fondo. Desde allí es donde, a la mañana siguiente, iniciamos un trek siguiendo el camino bordeado de tumbas tradicionales, tierra santa malgache que los lémures de cola anillada vigilan desde las copas de los árboles.
En el sendero, nos encontramos pueblecitos y aldeas a lo largo del camino donde los niños nos miran con sorpresa y una vez ya lejos de los campos cultivados de arroz, alcanzamos la cumbre para descender por el lado opuesto hasta alcanzar nuestro campamento rodeado de piscinas naturales.
Navegando el “Canal des Pangalanes”, canales hechos por el hombre a finales del siglo XIX y que comunican los bellos lagos cubiertos de nenúfares paralelos a la costa y que sirven de vía de comunicación y transporte de mercancías, descubrimos sus poblados que asoman a la
ribera y que, con sus barquitas de pesca viven de espaldas a los salvajes embates de las olas y a los fuertes vientos marinos que el Índico arroja contra sus casitas construidas de paja y de madera.
El tren que atraviesa la selva nos lleva hasta pequeñas aldeas aisladas del mundo, excepto por los estrechos raíles a los que se acercan los lugareños para ofrecernos los más variados alimentos: huevos duros, cacahuetes, gambas, pinchos de carne, cangrejos, bizcochos, bananas,…
Al anochecer la luna llena iluminaba el paisaje de cascadas, ríos y densa vegetación. Atravesando altos puentes y oscuros túneles nos acercamos a la costa.
La Isla de Saint Marie, donde tuve la inmensa suerte de ver- por primera vez!!!! -ballenas. Ballenas jorobadas (Megaptera Novaeangliae) haciendo piruetas en el aire y sumergiéndose de nuevo en las aguas del Índico, antes de regresar a las frías aguas antárticas atravesando kilómetros y kilómetros de océano, junto a sus crías.
La península más virgen, Masoala, parque marino y Patrimonio de la Humanidad. Inaccesible excepto a pie o por mar…remota y virgen como pocos lugares.
Bajo un Arco iris prodigioso que nacía de las aguas, vimos como la jungla se entrelazaba con las olas del Índico.
La silueta de la península de Masoala se perfiló a lo lejos entre la bruma que se enredada en las altas copas de los árboles y sus playas coralinas nos dieron una cálida bienvenida.
Tras muchas aventuras, muchos momentos bonitos y algunos mágicos, regresamos para ponernos a trabajar en dos nuevas propuestas para que podáis conocer todos estos lugares de los que os he hablado y experimentar también las sensaciones de un viaje a un lugar realmente único.
…todavía me envuelve el aroma de la vainilla tan presente en la costa Este de la isla.
Desde 1992 nos dedicamos a diseñar, organizar y operar rutas en África , directamente y sin intermediarios. En KANANGA, conocemos de primera mano, y a fondo, todos nuestros viajes y destinos.
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1 comentario
Qué maravilla!!!! puede que sea mi próximo destino…